domingo, 8 de agosto de 2010

* Douz, cruce de caminos


Aqui el viajero es tratado como uno más y éste experimenta durante su estancia, las mismas sensaciones de los habitantes de Douz...por unos dias pierde la noción del tiempo y se mete en la piel de los beduinos.
El tiempo parece ralentizarse. El ritmo de la vida se vuelve más pausado y se dejan aparcadas las preocupaciones propias de lo cotidiano.
Se empatiza al momento con los lugareños, pese a distar tanto de su mentalidad, religión , costumbres, tradición, idioma, gastronomía, cultura...la magia envuelve al visitante y lo traslada a un mundo que se le antoja casi irreal, como en un cuento, donde él es uno de los protagonistas.
Se crea un vínculo invisible pero férreo con los "marazig", los nativos del lugar, quienes no dudarán en compartir prácticamente todo, con el nuevo "hermano" que el destino ha puesto en su camino.
Son unos anfitriones excelentes. La acogida es sincera y harán que la estancia del viajero sea lo más agradable posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario